Tras el éxito cosechado con Tizona en Leb Plata y Leb Oro, charlamos con Diego Ocampo tras su regreso a la ACB de la mano de Bàsquet Manresa.
Buenas, Diego. ¿Cómo va todo? ¿Qué tal?
Hola. Recién llegado y muy contento de poder estar aquí.
¿Cómo te llamó David Cárdenas para que vinieses al III Clínic de baloncesto del Club Baloncesto La Zubia? Por cierto, creo que por tema de horarios al final eres el que cierra.
Si. La temporada pasada ya viene, hace un año, pero la anterior no puede venir pero no recuerdo porque fue. Tenemos una buena relación de amistad y hablamos mucho de lo que es ciencia y de lo que es baloncesto lo máximo posible. Me gusta colaborar y estar aquí porque no es solo dar una charla si no también ver otras y aprender.
Quería ir por eso, al final el entrenador no está parado y se forma continuamente esté en activo o no.
Es que si estás parado los otros entrenadores van a mejorar. Es un oficio donde existe mucha competitividad. Somos muchos entrenadores para pocos banquillos. Si no vas mejorando y evolucionas pues otros entrenadores se ponen por delante de ti en conocimientos, medios, como comunicar, en muchas cosas vaya. Exige de uno que te estés formando continuamente pero creo que se hace a gusto porque entrenar es pasión y es ilusión. Al final es algo que es totalmente voluntario y lo haces porque te gusta.
¿Para entrenar que se debe tener? Lo hablaba en otra charla con Joan Plaza y me contaba que cada vez cogía más importancia el cómo comunicas y llegas al jugador.
Hay varias cosas. Te tiene que gustar mucho ayudar a las personas y que sepas que para eso muchas veces se pueden generar conflictos internos y externos, los cuáles no puedes controlar. Tu mayor valor debe ser querer ayudar a esas personas y a ese equipo a jugar bien, tener un buen comportamiento y tener un estilo. Para poder conseguir todo eso se necesitan conocimientos de baloncesto y, cada vez es más importante, cómo te gestionas a ti mismo emocionalmente. Hay que ayudar a los demás a gestionarse pero si tu no lo haces contigo mismo… ¿Cómo lo vas a hacer con el resto? Para hacer todo esto necesitas comunicarte bien con los tuyos y con el entorno.
¿Se le da cada vez más importancia a la psicología deportiva?
Bueno, ahora se habla más. Creo que los entrenadores, da igual la categoría, e incluso los profesores usamos la psicología lo mejor posible. Ahora se sabe mucho más, se habla más, se rompen tabús… Claro, es muy importante que por un lado saber cómo enseñar y por otro saber cómo tratar a las personas para que den su mejor versión.
Tu mejor versión la has dado con Tizona. Coges el equipo en Leb Plata, batiendo el récord de victorias de la competición, y lo asciendes a Leb Oro donde habéis estado a un paso de conseguir el ascenso a ACB. ¿Cómo han sido estos dos años en Burgos?
Buenos, he estado muy a gusto. Hablando de mejor versión y psicología pues pienso que el club, el entorno y los jugadores han ayudado mucho a que pudiese dar mi mejor versión. Creo que el club ha estado muy abierto a cualquier tipo de propuestas, mirando siempre a tener mejores medios económicos y a crecer. Pero es que no solo ha sido en el equipo profesional si no que se ha invertido mucho tiempo y energía en lo que no se ve. Hemos mejorado las oficinas, la cantera, tener un club más inclusivo con personas que tienen problemas de aprendizaje, la temporada que viene saldrán equipos de niñas… Todo esto me ha ayudado a sentirme tranquilo, querido y apreciado. Probablemente he estado muy a gusto y eso ha ayudado. Evidentemente si hablamos del equipo como jugadores, staff y directiva se han dado pasos muy importantes.
¿Cómo se convive en una misma ciudad con un proyecto tan grande como el de San Pablo Burgos?
Cuando llegué San Pablo estaba en ACB y nosotros habíamos perdido el playoffs de Leb Plata en cuartos contra Valencia con un triple de Guillen Ferrando. En vez de pararnos en eso empezamos ese mismo verano a construir. Hicimos una pretemporada de un mes y poco a poco fuimos haciendo. Ahora mismo venimos de perder los dos en semifinales de la Final Four. Pienso que hemos hecho una buena remontada en lo que es rendimiento. Se convive con mucho respeto. He sido muy respetado y he querido tratar con el máximo respeto y cariño a la gente de San Pablo. Entrenamos en el mismo pabellón e instalación. Creo que en estos años que he estado tanto con unos resultados u otros y unos entrenadores u otros el respeto ha sido máximo. También con jugadores y entre clubes hemos tenido mucho respeto. Creo debe ser un modelo de cara a las personas, puedes tener mucha competitividad y estar en el mismo pabellón pero el deporte debe ser un ejemplo de lo que es el respeto.
Te vuelve a llegar la oportunidad de entrenar en ACB y volver a Manresa tras conseguir hace unos años el ascenso a ACB con ellos pero no llegar a debutar. ¿Cómo ha sido volver a la rueda del baloncesto ACB?
Si, sí. Yo llegué allí para el playoff y si ascendíamos seguía teniendo contrato y de hecho empezamos a hacer el equipo. Recibí una oferta del FC Barcelona para encargarme de muchas tareas en la cantera y decidí seguir y marcharme al Barcelona. Creo que ambas partes quedamos muy contentas en Manresa, no solo a nivel de resultados, sino de cómo trabajamos los dos y eso se ha mantenido en el tiempo. Ahora han apostado muy fuerte para que vaya con ellos y eso me ha dado mucha confianza. Para mí la decisión fácil hubiese sido quedarme en Tizona pero he tomado ese riesgo porque desde Manresa piensan que soy el mejor entrenador para ellos.
Eres un entrenador que suele apostar mucho por la cantera pero en tu etapa en Badalona ese modelo no salió bien. En cambio a Carles Durán si le sale, poniendo en contexto que tiene a jugadores como Tomic y Feliz. Es el riesgo de apostar por los jóvenes.
Si hablamos de mi etapa en Badalona, yo me arriesgué porque no había otro camino. Xabi López-Arostegui, Neno Dimitrijevic, Abalde… De por sí, el club apuesta por la cantera. Fue un momento crítico porque había una deuda económica muy grande y no quedaba otro remedio. Puedo fardar de que jugaron pero la verdad es que los jugadores se lo merecieron. Para mí la clave no es apostar por jugadores jóvenes o no, si no que tengan jugadores alrededor que para empezar quieran estar. No es bajarles el listón, sino ayudarles y empujarlos. Para que eso pase debes querer y tener talento. A veces no se dan dichas circunstancias.
Te quiero tirar en este caso por los jugadores nacionales. ¿Piensas que a veces se les sobrepaga a los cupos?
Es así. Los cupos tienen un valor mayor porque los necesitas y por tanto suben. ¿Qué pasaría si no hubiese cupos? Pues a mí me gustaría saberlo. Probablemente en una sociedad de libre mercado debería ser así y que nadie tuviera ningún privilegio y que puedas ir a trabajar a Alemania, USA o por lo menos en Europa. Creo que eso sería bueno y no creo que por esa causa disminuyese el nivel del baloncesto español. ¿Por qué no hay más jugadores nacionales? ¿Por qué en élite rápido no hay? Creo que la causa es fácil. Existe una edad muy importante entre los 18 y 23/24 años donde la formación del jugador es muy importante. En ese desarrollo y formación del jugador hay dos aspectos claves. La primera es seguir entrenando y mejorando, eso debemos estimularlo, y la otra es jugar. Si tú entrenas muy bien y haces muy buena mejora de técnica individual pero no juegas, el jugador no evoluciona. Si tú juegas pero no sigues mejorando pues pasa lo mismo. Encontrar esos sitios para esos jugadores es muy difícil. A la vez, con la competitividad que hay en la ACB, Leb Oro, descienden tres, Leb Plata, descienden cuatro, sube mucho la exigencia. Eso hace que si tienes 18-19 años es muy difícil que estés preparado ya para ser competente en esas ligas. O estás muy bien rodeado, nosotros por ejemplo teníamos a Mario Saint-Supery pero es que al lado tenía dos bases como Totte Alonso que tiene 34 años o Caio Pacheco que tiene experiencia y conoce la liga a pesar de ser joven. Para poder cumplir esas dos partes de formar y dejar jugar, necesitas un equipo que lo permita hacer porque si no el riesgo es mayor. Creo que es un poco lo que pasa y es entendible porque si no los equipos, con esa alta exigencia, no rinden como se les exige.
En Andalucía eso se debate por ejemplo con los Juniors de Unicaja de Málaga en si deben jugar en EBA o Leb Plata, en cambio los del Coviran Granada en si deben seguir haciéndolo en Nacional.
Depende del contexto, el club que seas, los medios que tengas y el nivel de los jugadores. Un año o dos años te puede ser mejor en una categoría más alta pero tres o cuatro años más tarde, cuando esos jugadores promocionen, al igual que esas generaciones que vienen por detrás no es lo mismo. Creo que debemos ser flexibles en estos razonamientos. Si hay que intentar que el jugador vea que tiene salida, porque ve que los jugadores salen adelante y tiene esa motivación. Creo que es lo que sucedió en Sevilla cuando estuvimos con Joan Plaza, Pedro y Aito donde iban saliendo jugadores. Con lo cuál, si Porzingis era cadete de segundo año y llegó allí y ve cómo ya van jugando Satoransky y Sastre pues esa motivación aumenta. Luego, hay que tener un programa de desarrollo que sea flexible. Para mi me parece una gran categoría la Leb Plata porque siendo senior de primero saltar a la Leb Oro es tremendamente difícil y cada vez lo será más porque físicamente la liga ha subido mucho y tu nivel físico recién salido de cantera es difícil que de para jugar. Si vas, arriesgas y luego fracasas a esas edades ese fracaso no se lleva bien y por eso creo que es mejor ir poco a poco. Este año nosotros teníamos muchos jugadores españoles, pero muchos de ellos habían jugado en EBA. Han hecho EBA, Leb Plata y Leb Oro, incluso alguno de ellos está jugando en ACB como es el caso de Didác Cuevas y alguno más lo hará la temporada que viene. La prisa no es importante, es mejor ir de menos a más teniendo una idea clara que se basa en estos fundamentos que te decía, jugar y mejorar.
¿El triunfo de Tizona puede ser el bloque nacional?
Nuestra idea de la Leb Plata era buscar modelos y nos basamos en Granada. Coviran empezó en Nacional y poco a poco fue ascendiendo categorías pero siempre desde un bloque nacional. Gipuzkoa es un equipo muy competitivo porque tiene un bloque, además de guipuzcoanos, de jugadores nacionales. Para nosotros hay que buscar modelos que te sirvan de inspiración pero que te sirvan también para ver como vas a gestionar eso. Es determinante, incluso en ACB, tener jugadores nacionales que ayuden a los otros. A lo mejor a los jóvenes y a los que vienen de fuera a entender lo que es el club.
¿Y cómo se lucha contra la fuga de talentos rumbo a la NCAA?
Es normal. Si tienes 18/19 años y te dan esa cantidad económica es normal que se marchen. Por una sencilla razón, quién te dice que con esa edad no te lesiones. Solo hablamos de las lesiones cuando ocurren. Entiendo que un jugador por una buena cantidad se arriesgue a ir allí, aunque no es la mejor decisión, pero cómo vas a rechazar eso. Creo que tiempo para ir a otro lado siempre hay, con lo cuál eso está perjudicando mucho al baloncesto europeo. Ahora lo que toca es reinventarse. Sin lugar a duda eso no pasa por el dinero, económicamente no se puede competir contra las academias ni universidades, y va más por mejorar el modelo. En dicho modelo tiene que primar la formación del jugador, pero esa formación debe ir ligada a que el jugador compita mucho y muy bien. Toca en redefinir muy bien esto y ser competitivos para que no haya tanta fuga de talentos. A mi no me importa que se vayan a Estados Unidos, siempre que la formación fuese buena, pero hay muchos casos donde es discutible si esa formación es tan buena la americana como la que se da en Europa o en nuestro caso en España.
¿Esto puede ir ligado a que se apuesta más en el corto plazo que en el largo? Va de ganar cueste lo que cueste.
Siempre ocurre. En un equipo cadete o junior se ve como los jugadores cambian con 15 años de equipo porque ese club participa en una competición autonómica. Hay mucha fuga y muchos cambios que son malos para la persona. Los niños y niñas que están en formación lo que necesitan es estabilidad. La estabilidad te permite aprender y estar a gusto. Ese aprendizaje cuando estás a gusto es mucho mejor porque te lleva a soportar la presión, que es algo básico en la vida y en el deporte profesional, mucho mejor. Ahora todo es ganar o perder. Para evaluar si algo va bien o no, no todo tiene que ser ganar o perder. Primero porque eso no depende solo de ti, hay otro equipo que se prepara y unos árbitros que pueden influir cuando toman decisiones y también influyen en el resultado.
¿Cómo va a influir Diego Ocampo en Manresa? ¿Quieres seguir la línea de Pedro Martínez?
Seguro que vamos a cambiar cosas. Pensamos en ideas muy parecidas pero en algunas cosas somos distintos. Básicamente creo que Manresa tiene una identidad clara que es jugar para su afición. La afición va allí a entregarse a los jugadores. No puede ser que los jugadores no se tiren al suelo. Si ves allí en el Nou Congost gente que sale casi de la grada para animar a su equipo o que están de pie todo el partido, eso implica que el jugador y el equipo se entreguen, esa es la identidad de Manresa. Luego, en las últimas temporadas Manresa ha creado una identidad más táctica. Digamos que es correr e ir al rebote de ataque, va muy de acorde con esa filosofía de luchar y entregarse por la afición. Nosotros en Tizona hemos jugado en esa línea y evidentemente habrá matices en Manresa. Son innegociables para nosotros luchar, trabajar y jugar en equipo, el equipo prima por encima de todo. Intentar correr porque es la mejor fuente de meter puntos fáciles. Básicamente jugar con esfuerzo.
¿Cómo fue tu etapa en Alemania? Hablando con Joan Plaza, ve necesario que los entrenadores españoles salgan. En el caso de la actual ACB, de los 18 entrenadores, tan solo Chus Mateo y tú habéis entrenado fuera de España.
Empecé en mayo y volví en abril, casi es un año. ¿Por qué te digo eso? Porque me fue muy bueno. Aprendí mucho, primero para mejorarme a mí mismo y para mejorar en otro contexto. En ese contexto donde todo es incertidumbre, donde el idioma en muchos aspectos de la vida es un problema y tienes que aprenderlo, donde debes entender otra cultura. Eso para empezar te ayuda en que cuando tienes jugadores que no son de aquí pues empatizas y sabes cómo cuidarlos. Si la persona está bien, es más fácil que rinda. Para mi fue una experiencia muy buena. No solo para poder volver a entrenar fuera, que también lo es. Ahora creo que con la selección de la República Checa estoy más cómodo porque pasé esos 10/11 meses en Alemania. Eso me permite entender otra cultura y otra gente. También te permite empatizar con gente que viene de fuera, que eres nómada, que cambia y cómo ayudarles porque eso es clave para el entrenador.
No os habéis clasificado con la República Checa para el preolímpico pero estás siguiendo a sus categorías inferiores. ¿Cómo va ese cambio generacional de Satoransky, Balvin, Vesely o Jelinek?
El verano pasado jugamos la precualificación para las olimpiadas y desgraciadamente, en un triple empate, salimos mal y no pudimos disputar las semifinales. Es verdad que en esa selección faltaban balvin, sato y vesely. Creo que eso nos vino muy bien para conocer nuevos jugadores y que ellos conociesen cómo vamos a entrenar. Hemos jugado las ventanas de febrero, perdimos en Grecia y ganamos a Gran Bretaña en casa con Balvin y Sato, Vesely no pudo venir por unos problemas físicos. Estamos preparándonos para los que vienen después. Tenemos un objetivo a corto plazo que es participar en el Europeo de 2025. Después tenemos uno a medio plazo que es dar el relevo. Ahora hemos entrenado 15 días y hemos disputado este torneo de Melilla que te permite compararte con otros países en otra edad. Debemos hacer un muy buen trabajo porque tenemos que incorporar jugadores y ayudarles. Deben percibir que la Federación está para ayudar, no solo es llamarles y pedirles que vengan a las ventanas.
¿Crees que a veces se le critica demasiado al entrenador?
Hoy en día todo es ganar y perder en cualquier deporte y en baloncesto más. Con lo cual el entrenador está de primero y te van a criticar. Si entrenas ahora mismo un equipo de minibasket los padres te van a criticar. Creo que es una habilidad que hay que tener como entrenador. Primero, saber aceptar la crítica. Segundo, algunas te pueden ayudar a mejorar. Tercero, hay críticas que no sirven y tienes que despojarte de ellas. Por eso pienso que hay que aprender esa habilidad de abstraerse de lo que no es importante y centrarte en lo importante. Una habilidad más que también se entrena.
¿Se valora más al entrenador fuera de España que aquí?
Hay sitios que si se valora mucho al entrenador y en otros sitios menos, es así. Es un tema cultural, de clubes… Lo que es importante entender es que por ejemplo Moncho Fernández, que ha estado muchos años en Obradoiro, ha podido construir y crear mucho en el club, Granada es otro ejemplo, el Real Madrid con Pablo Laso y ahora con Chus Mateo. ¿Por qué? Porque hay continuidad. Está claro que con resultados favorables esa continuidad es más fácil. También la continuidad de un bloque importante no solo de jugadores sino también de entrenadores te permite que no pierdas el tiempo en adaptar y buscar, eso es vital. En otros países también pasa. Por ejemplo, hay países donde se tiene más paciencia con los entrenadores. Yo no lo distribuiría por países, lo haría más por los clubs y los contextos que generan los propios clubs.
Decías que fue un ejemplo para crear el modelo de Tizona. ¿Cómo ves al Coviran Granada?
Para mí es un modelo de gestión porque se empezó poco a poco con una idea clara y una identidad. Eso es muy importante, no fue ascender por ascender y poner dinero, sino a través de una identidad. Una identidad y un estilo de continuidad y tener paciencia que creo que está dando éxito en la ACB. Con unos recursos limitados, un presupuesto más limitado que otros pues tienen mucha paciencia. Sobre todo eso que se hizo en EBA, Plata y Oro de saber aguantar cuando las cosas no van bien, soportar la crítica y tener continuidad y fe en lo que es tu identidad ha permitido a Granada aguantar estas dos temporadas muy bien los momentos malos. Sobre todo no ponerse nervioso en los momentos malos. De hecho en estas dos temporadas en los momentos peores y más difíciles han rendido muy bien y eso demuestra que aquello que se creó antes y que esas líneas maestras con gente en la que creen funciona.
¿Qué tienen que trabajar los entrenadores para seguir formándose? Obviamente depende mucho de la categoría.
Es un debate muy abierto. Podemos hablar de zona o no, pero a veces puedes defender en individual con flotación y eso dificulta mucho el lanzamiento a los niños pequeños. ¿Por qué? Todavía no tienen ese rango de lanzamiento o niñas porque no tienen fuerza. Yo no me metería en esos debates, sino en que creo que el rival puede hacer lo que quiera pero lo importante es usar lo que utiliza el rival estratégicamente para mejorar. ¿Están más cerrados? Pues habrá que tirar más, defender más, rebotear más y correr más. Buscar lo positivo a lo que el otro puede hacer y no entrar en debate continuos donde vuelves a perder energía y no ayudas. La clave para mi es ayudar a los jugadores a mejorar. Desde esa ayuda te permite competir y desde esa competición, tarde o temprano ganarás. Eso es donde nos debemos centrar y evitar debates inútiles. Sí usar cualquier cosa para mejorar al jugador y a la persona que es el fin más importante del verano formativo.
¿Qué te queda este verano?
Después del torneo de Melilla seguiremos entrenando con la U22 y acabaremos en julio el trabajo con este grupo. Luego tengo un campus en Tizona y me voy a encargar porque es parte de mi responsabilidad y son seis días y me encanta donde estamos con los niños y niñas. Después, quiero ir al torneo sub 20 porque Chequia juega y también haremos un pequeño trabajo con este grupo de jugadores. A mitad de julio un poco de vacaciones y prepararnos para Manresa. Durante todo esto, obviamente, trabajaremos en la construcción del equipo.
¿En que te vas a basar para construir el equipo? ¿Tienes pensado alguna renovación?
Bueno, hay jugadores que tienen contrato como son Dani Pérez, Guillem Jou y Marcis Steinbergs. Vamos a intentar renovar, si es posible, a un par de jugadores más pero tenemos un presupuesto limitado y es muy complicado poder hacerlo. Dentro de ese presupuesto y dentro de esa identidad los jugadores que vamos a intentar reclutar deben encajar en esa filosofía. ¿Qué quiero decir? Si vienen a Manresa vienen a luchar cada balón, a correr y vienen a jugar para el equipo y para la afición. Sin esas condiciones no puede venir ningún jugador. Si viene alguien así, no podrá estar. Esto es innegociable y es lo primero en lo que nos vamos a fijar. Después en los talentos individuales que podamos reclutar para complementar un equipo lo más competitivo posible.